Usar alfombras es un arma de doble filo, por un lado, caminar descalzo por tu casa sobre una alfombra de esas bien mullidas, no tiene precio (bueno si, el de la alfombra). Pero por el otro, su mantenimiento es algo que puede resultar desgastante.
Desde zapatos sucios, mascotas, niños pequeños... y no tan pequeños, polvo, pelos, líquidos en general son cosas que pueden llegar a arruinar nuestra amada alfombra. Sin mencionar que su limpieza lleva más tiempo y esfuerzo que el piso debajo de ella.
Quitar una mancha de una alfombra debe de ser una de las peores experiencias para una persona... siempre hablando de alfombras. El tener que cambiar los muebles de lugar cada cierto tiempo, para que no queden las clásicas marcas apelmazadas es algo que siempre tenemos que tener en cuenta.
Claro que no todo es malo, una alfombra es realmente útil para que los niños jueguen en ella y tengan una superficie agradable en la cual "dejarse caer"
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